domingo, 25 de enero de 2015

VERTIGO DE LA NOCHE

Porque muy trabajosamente
fuimos haciendo nuestro aquel vivir,
bajo la recta letra de los libros,
los ojos de Beethoven,
las pordioseras horas del dinero,
el diario vino,
alcohol que nos llevaba
entre la turbia niebla ciudadana
hacia los bordes- vértigo del día.

Porque desesperadamente trataba
de salir del círculo
que, en otras horas, nuestras mismas manos
cansadas construyeron.

Babas de un asco surgido de verticales
sombras de la noche son el don,
el duro filo que separa conciencia
de ebriedad.
Al alba,
sobre los hombros curvos,
la indolencia del día,
como una lluvia fina,
atravesaba al hombre. 

                                         Vértigos 6 y medio

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