LA PUERTA
Paso el puente,
voy hasta las murallas,
entro en esta ciudad
y la recorro;
beso las losas frías de su suelo;
escarbo entre la tierra,
planto un árbol
que crece por su pecho
y da sus frutos
que se caen por el aire:
ruedan hasta mi boca.
Muerdo. Y son unos labios
humanos los que muerdo.
Pero se acaba el día
y tú ciudad, no sabes
todo el amor que traigo.
Oficio elemental
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